Vivimos un grave momento de crisis. Al igual que el resto del mundo, América Latina y el Caribe están siendo afectados por la COVID-19, que sigue su avance implacable poniendo en riesgo la salud y vida de cientos de miles de personas.
Enfrentamos un desafío que nos encuentra poco preparados y que nos exige, más que nunca, responder con sentido de solidaridad y unidad, y poner el interés colectivo sobre el interés propio.
Han hecho bien los gobiernos en tomar prontamente medidas de contención, como el cierre de los establecimientos educativos. Aunque estas decisiones afectan las actividades diarias de la población y confinan en el hogar a más de 150 millones de estudiantes en la región, estas medidas dolorosas son necesarias y deberán mantenerse hasta que el riesgo disminuya.
Para proteger el derecho a la educación en este momento crítico y tal como nos pide el Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 (Educación de calidad) no podemos dejar a nadie atrás. Desde la UNESCO invitamos a los Estados a tomar medidas que brinden la continuidad educativa que sea posible bajo estas circunstancias y ponemos a su servicio nuestra experiencia y conocimiento.